Microcuentos

Si quieres aportar a hacer más grande e importante este blog, envía tus microcuentos a:
lagartijota@gmail.com

domingo, 23 de junio de 2013

El día de mi matrimonio


Prometo serme fiel hasta la muerte, amarme, cuidarme, en la salud y en la enfermedad, hasta que llegue la muerte y nos separe, dejando mi alma volar sola...

lunes, 12 de noviembre de 2012

Sorpresa

Y ella dijo: “estoy embarazada”
Y yo le dije: “weona”
Siempre recordaré esta vivencia familiar, un bebé nunca es más en una familia, es un regalos, un suspiro de Dios, una sonrisa, una alegría, son horas de cuidado, pero es un hermoso regalo que nadie pide, pero siempre recibe.

(Tan Urrea)

sábado, 11 de agosto de 2012

Entrega

Mientras se vestía sigilosa; medias en red, calzado furioso y vestimenta con más brillo que una noche estrellada, miró a su amante furtivo una vez más. Hombre cansado y ceño fruncido que auscultaba su reloj de cuando en vez, como para detener el tiempo.
Los billetes sucios quedaron desparramados sobre la mesita...una vez más. Puede que solo supieran su nombre, pero conocían de memoria los huellas de su cuerpo y los secretos de su silencio:
"Quizás no sea la primera en tu vida, ni la última quizás. Tal vez no te entregué el primer contacto morboso de otro cuerpo, pero lo que sí tengo claro, es que conmigo, después de mucho tiempo, hiciste el amor"

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Verdad

Escuché estúpido, miré hacia atrás y era la vida que me estaba encarando.
(Fidel Alarcón)

martes, 19 de julio de 2011

Deseos

Mientras se encontraba mirando por la ventana, de forma ansiosa le preguntó:
- Si pudieras cambiar un día de tu vida, ¿cuál crees tú que sería?-
Sin dejar de mirar hacia la calle respondió:
- Sin lugar a dudas, borraría el día que nací -

martes, 7 de junio de 2011

Soledad

La soledad como siempre llegó y se sentó en un banco. Cada tarde llegaba un anciano a pasar las horas, se quedaba allí hasta el ocaso, esta dinámica se repetia durante casi todo el año, salvo en invierno. Cada tarde era motivo de alegría para la soledad pues ya no se sentía tan sola.
Sin embargo este año el invierno ya pasó, estaba entrada la primavera y el anciano no aparecía... La soledad puso sus blancas y arrugadas manos entre sus piernas y bajó la cabeza... al fin lo comprendió...estaba sola.


Renato Díaz.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Lluvia

Se dejo llevar por las lágrimas del cielo y usó el perfume de ellas al caer sobre la tierra, para entregarse por completo a la dulce melancolía del goteo...