Microcuentos

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lunes, 27 de septiembre de 2010

Ritual

Cada día seguía el mismo ritual. Apenas salía del trabajo encendía un cigarrillo, que le duraba exactamente 3 cuadras, hasta la esquina del basurero metálico, que ya tenía una marca oscura de tantas quemaduras involuntarias.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Mensaje

Mira el cielo, se ven un gran cielo celeste y decide llevar puesta sólo su polera rosada sin mangas; de pronto un queltehue se posa veloz sobre un árbol cercano y lanza un grito desgarrador. Ella, sin dudarlo, vuelve a su casa y toma su chaqueta gruesa.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Llamada

Tenía el teléfono en la mano; temblaba de pies a cabeza; le sudaban las manos; respiraba de forma agitada y escuchaba cómo sonaba a lo lejos el 'tu-tu-tu-tu...' Cuando se sentía desfallecer, escuchó al otro lado de la línea 'alo', entonces su corazón se detuvo.

Un aparato calló estruendosamente por el suelo.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Suerte

Descubrió que había escrito 20 poemas de amor, pero tan sólo 6 sobre la vida, entonces, comprendiendo que aquel número demoníaco (para ella), era de mala suerte, prefirió por ese día, quedarse en casa. (No fuera a ser cosa...)

Su amor no era sencillo

Los detuvieron por atentado al pudor.  Y nadie les creyó cuando el hombre y la mujer trataron de explicarse.  En realidad, su amor no era sencillo.  Él padecía claustrofobia, y ella, agorafobia.  Era sólo por eso que fornicaban en los umbrales.

(Mario Benedetti)

viernes, 17 de septiembre de 2010

Final

Oprimió el botón y ahí estaba, el mensaje que esperó por semanas, pero las palabras que leyó fueron más afiladas que lo que esperaba; botó dos lágrimas, cerró las ventanas y los ojos.
El mismo filo de las letras llegaron a sus palmas, escurrió la sangre, llegó el final.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Cálido

La toma entre las manos, la acaricia suavemente, ella es brillante y ya está caliente; la esperó toda la noche así que la llevó al sillón para hacer más cálido el momento. La lamió lentamente y en su interior, estaba toda húmeda.

Ella, su taza de café favorita, la última antes de irse a la cama

Sentencia

-Que pase al frente la culpable- dijo furibundo
-Soy yo- respondió ella
-Prepárese a cumplir su sentencia.