Corrió, corrió sin pausas por el pasillo, sintiendo sus piernas temblar de tanto esfuerzo; un sudor frío viajaba por su espalda desnuda, mientras sus pies cansados gritaban de miedo. Al llegar a su destino, toma el teléfono entre sus manos, pero él, ya se había ido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario